“con la democracia se come, se cura y se
educa”, es lo que decía en su campana electoral allá por los 80 el Dr Raúl
Alfonsín.
Esas
premisas, entre otras cosas, lo llevaron
educa”, es lo que decía en su campana electoral allá por los 80 el Dr Raúl
Alfonsín.
Esas
premisas, entre otras cosas, lo llevaron
a la presidencia de la nación.
El pueblo, en ese momento, se sintió identificado con ese discurso, y por más que parezca sencillista y básico, ese principio es verdad.
Las democracias modernas, vienen de los antiguos griegos donde demos significa pueblo y cracia gobierno.
Fíjense que dije democracias modernas, ya que las antiguas, comenzando por la de los propios griegos no eran para todo el pueblo.
Ser parte del pueblo en el imperio griego, era ser aristócrata, soldado y de clase alta. Ellos y solo ellos tenían poder de decisión. Ellos eran el pueblo.
El mundo y las sociedades han evolucionado. Hoy, al menos cuando se trata de votar, todos los sectores del país tienen el derecho a hacerlo.
Eso establece la ley. Después que haya irregularidades como que los aborígenes sean robados de su documentación y esta sea utilizada por extranjeros para votar a un candidato en particular o no, eso es corrupción, fraude y es para otro
artículo.
De lo que este se ocupa es de ese concepto de democracia moderna.
Mirando la televisión y siguiendo el progreso de la campana Argentina Urgente, me puse a pensar que en muchas cosas, todavía vivimos en la democracia de los tiempos del imperio griego.
La definición de la palabra pueblo, habrá cambiado y todos ahora somos parte del mismo y tendremos nuestros derechos, pero los que se benefician de las acciones de todos los gobiernos, son, en general siempre los mismos.
Te dirán que odian a la oligarquía (aristocracia), al campo, a las corporaciones y a todos los demás que simbolicen poder.
Al decirnos esto y bajar este mensaje, nos están casi diciendo que somos ustedes y yo por los que se interesan. Los que comemos todos los días o los que no pueden hacerlo. Como diciéndonos: “La oligarquía ya está, sabemos que ellos tienen de todo y no nos necesitan, nosotros gobernamos por y para los
demás”
Y si miramos a los resultados, la realidad es otra. La oligarquía, las
corporaciones y todos los que ellos dicen odiar y no representar, son los que
siempre están igual o mejor.
Los que son parte del gobierno han crecido y mejorado su estándar de vida de manera desproporcional (bajo función pública, esto no debiera suceder), lo que los acerca al estilo de vida y poder de esa clase de gente a la que suelen llamar “anti argentinos”.
Y ustedes y yo estamos igual o peor.
Lo que la campana Argentina Urgente me hizo pensar fue que elegimos un gobierno (sea presidente, gobernador, intendente, etc), pero para ayudar a nuestros compatriotas que no tienen quien “los eduque, los cure o les dé de comer” somos nosotros mismos (el pueblo) el que toma las riendas y busca la solución.
Para que tenemos gente a la que le pagamos su sueldo (funcionarios públicos de todos los rangos), si somos nosotros los que hacemos lo que ellos debieran hacer?
Ayudar al prójimo es una de las condiciones básicas más nobles y espero que no se pierda nunca. Dar al que no tiene, es loable.
Pero fijémonos en quien no solamente no les da nada a esos que no tienen, sino que les quita.
No invertir en educación, salubridad y sanidad es no tener interés en que el país crezca o se desarrolle.
Es decirnos “cuando yo asumí este cargo, ellos no tenían nada, así que si cuando me voy no tienen nada, no han perdido tampoco”
Es decir, son los que en la antigua Grecia, no formarían parte del pueblo, entonces no les interesan.
Igual cuando terminen sus mandatos ellos viviran como los dioses y los pobres estarán igual.
Lo que no se piensa al razonar de esa manera es que no siguen, ni van a estar
igual. Estarán peor. Porque un gobierno dura de 4 a 10 años y en ese tiempo hay generaciones nuevas en esas familias que pasan por los mismos problemas.
Y lo que los deja peor parados y no “igual”, es que es otra generación perdida en nuestro país.
Nos afecta a todos.
Las matanzas, torturas, expropiaciones de hijos y demás atrocidades cometidas por la última dictadura militar, nos han robado miles de vidas. Una generación de argentinos que hoy no están.
Pero con las generaciones necesitadas de hoy las cosas no han cambiado
A estas generaciones no las torturaron los militares, sino el hambre y sed que les provocan sus propios gobernantes electos.
A estas generaciones no le roban sus hijos los represores de la dictadura, sino el sistema de sanidad de la gente a la que votaron.
Aprendamos de las lecciones de nuestro pasado. Dejémonos ya de desperdiciar generaciones de argentinos.
Si algún día, alguien se preocupa en serio por los que hoy sufren y se solucionan estos problemas, en vez de “festejar otro científico recuperado para el país”, quien sabe podríamos festejar “otro científico creado en y para el país”.
Estas generaciones desperdiciadas pueden estar llenas de talento y capacidad, a las que nuestras instituciones democráticas modernas les han fallado.
El pueblo, en ese momento, se sintió identificado con ese discurso, y por más que parezca sencillista y básico, ese principio es verdad.
Las democracias modernas, vienen de los antiguos griegos donde demos significa pueblo y cracia gobierno.
Fíjense que dije democracias modernas, ya que las antiguas, comenzando por la de los propios griegos no eran para todo el pueblo.
Ser parte del pueblo en el imperio griego, era ser aristócrata, soldado y de clase alta. Ellos y solo ellos tenían poder de decisión. Ellos eran el pueblo.
El mundo y las sociedades han evolucionado. Hoy, al menos cuando se trata de votar, todos los sectores del país tienen el derecho a hacerlo.
Eso establece la ley. Después que haya irregularidades como que los aborígenes sean robados de su documentación y esta sea utilizada por extranjeros para votar a un candidato en particular o no, eso es corrupción, fraude y es para otro
artículo.
De lo que este se ocupa es de ese concepto de democracia moderna.
Mirando la televisión y siguiendo el progreso de la campana Argentina Urgente, me puse a pensar que en muchas cosas, todavía vivimos en la democracia de los tiempos del imperio griego.
La definición de la palabra pueblo, habrá cambiado y todos ahora somos parte del mismo y tendremos nuestros derechos, pero los que se benefician de las acciones de todos los gobiernos, son, en general siempre los mismos.
Te dirán que odian a la oligarquía (aristocracia), al campo, a las corporaciones y a todos los demás que simbolicen poder.
Al decirnos esto y bajar este mensaje, nos están casi diciendo que somos ustedes y yo por los que se interesan. Los que comemos todos los días o los que no pueden hacerlo. Como diciéndonos: “La oligarquía ya está, sabemos que ellos tienen de todo y no nos necesitan, nosotros gobernamos por y para los
demás”
Y si miramos a los resultados, la realidad es otra. La oligarquía, las
corporaciones y todos los que ellos dicen odiar y no representar, son los que
siempre están igual o mejor.
Los que son parte del gobierno han crecido y mejorado su estándar de vida de manera desproporcional (bajo función pública, esto no debiera suceder), lo que los acerca al estilo de vida y poder de esa clase de gente a la que suelen llamar “anti argentinos”.
Y ustedes y yo estamos igual o peor.
Lo que la campana Argentina Urgente me hizo pensar fue que elegimos un gobierno (sea presidente, gobernador, intendente, etc), pero para ayudar a nuestros compatriotas que no tienen quien “los eduque, los cure o les dé de comer” somos nosotros mismos (el pueblo) el que toma las riendas y busca la solución.
Para que tenemos gente a la que le pagamos su sueldo (funcionarios públicos de todos los rangos), si somos nosotros los que hacemos lo que ellos debieran hacer?
Ayudar al prójimo es una de las condiciones básicas más nobles y espero que no se pierda nunca. Dar al que no tiene, es loable.
Pero fijémonos en quien no solamente no les da nada a esos que no tienen, sino que les quita.
No invertir en educación, salubridad y sanidad es no tener interés en que el país crezca o se desarrolle.
Es decirnos “cuando yo asumí este cargo, ellos no tenían nada, así que si cuando me voy no tienen nada, no han perdido tampoco”
Es decir, son los que en la antigua Grecia, no formarían parte del pueblo, entonces no les interesan.
Igual cuando terminen sus mandatos ellos viviran como los dioses y los pobres estarán igual.
Lo que no se piensa al razonar de esa manera es que no siguen, ni van a estar
igual. Estarán peor. Porque un gobierno dura de 4 a 10 años y en ese tiempo hay generaciones nuevas en esas familias que pasan por los mismos problemas.
Y lo que los deja peor parados y no “igual”, es que es otra generación perdida en nuestro país.
Nos afecta a todos.
Las matanzas, torturas, expropiaciones de hijos y demás atrocidades cometidas por la última dictadura militar, nos han robado miles de vidas. Una generación de argentinos que hoy no están.
Pero con las generaciones necesitadas de hoy las cosas no han cambiado
A estas generaciones no las torturaron los militares, sino el hambre y sed que les provocan sus propios gobernantes electos.
A estas generaciones no le roban sus hijos los represores de la dictadura, sino el sistema de sanidad de la gente a la que votaron.
Aprendamos de las lecciones de nuestro pasado. Dejémonos ya de desperdiciar generaciones de argentinos.
Si algún día, alguien se preocupa en serio por los que hoy sufren y se solucionan estos problemas, en vez de “festejar otro científico recuperado para el país”, quien sabe podríamos festejar “otro científico creado en y para el país”.
Estas generaciones desperdiciadas pueden estar llenas de talento y capacidad, a las que nuestras instituciones democráticas modernas les han fallado.