Hoy es 24 de Marzo del 2020, y se cumplen 44 años desde el golpe militar que cambió nuestra historia para siempre.
Si bien la sociedad argentina, por esa época, ya estaba dividida, el derrocamiento de Isabel Perón, terminó de transformar el mapa político de nuestro país.
Durante años, las FF.AA y los terroristas.....
Si bien la sociedad argentina, por esa época, ya estaba dividida, el derrocamiento de Isabel Perón, terminó de transformar el mapa político de nuestro país.
Durante años, las FF.AA y los terroristas.....
batallaron cruelmente, cometiendo atrocidades inimaginables de ambos lados.
Como es costumbre nuestra, nos polarizamos más que nunca. Estuvieron aquellos que apoyaban a los militares, y querían acabar con cada uno de los guerrilleros, y estuvieron los que buscaban la victoria de estos últimos.
Una guerra civil cruenta, teñida de muertes, heridos, desaparecidos, traiciones y entregas, que ni el director más audaz de Hollywood, se hubiese animado a rodar.
El único bando al que no nos unimos, fue al pacificar, mediar, y así terminar con la pérdida de vidas innecesaria, e intentar encausar a un país que se le había ido de las manos a quien lo había gobernado.
Tomar posiciones que nos unan, no es nuestro estilo. Venimos de una historia de Unitarios y Federales; Colorados y Azules; Peronistas y Radicales, Patria o Muerte.
Oportunidades, no nos han faltado, para siempre nos han hecho creer que había sólo 2 opciones, y que debíamos tomar partido por una de ellas.
Y lo hemos pagado con sangre, con vidas, y con decepciones económicas, que nos han llevado de ser un país próspero y de alto nivel educativo, a la pobreza financiera e intelectual.
¿Cómo hemos llegado de ese sentido “El pueblo quiere saber de qué se trata, a ese “al enemigo, ni justicia”?
Y es justamente por ahí donde viene la cosa. Cuando se empieza a forjar nuestra historia, es natural que al haber pocas leyes, y ningún antecedente, cada uno vea las cosas de su forma, y se vayan formando movimientos, como los unitarios y los federales. En ese entonces, había territorio, pero no había país; había gente, pero no pueblo; había buenas intenciones (y no tantas), pero no había consenso.
Una vez medianamente establecidos como país (a pesar del golpe del 30), y con todo a favor para crecer, llegó la década del 40 y ahí la división masiva que desencadenó muchas historias tristes de nuestra nación. A pesar de todos los esfuerzos, la brecha, se hizo cada vez más amplia, hasta finalizar con el tema que nos ocupa hoy, que es el golpe de estado de Marzo de 1976.
Pero siempre me pregunté a mi mismo. ¿Qué hubiese pasado, de no haber existido ese golpe tan sangriento?
Mi afán por responderme lo más fielmente posible, me llevó a una conclusión.
Por donde se lo mire, durante el gobierno de Isabel Perón/ López Rega, los grupos armados ERP y Montoneros, ya operaban y habían cometido crímenes horribles, entre ellos robos a mano armada, secuestros, pero más aterradoramente, habían asesinado a miles y miles de personas, en su mayoría inocentes.
El estado, intentó combatirlos a través de la Triple A, que era tan o más brutal, pero no contaba con el número de gente necesario, para vencer.
Si analizamos el párrafo anterior, estamos hablando de grupos, mayoritariamente, partícipes del mismo partido político, matándose a mansalva entre ellos también.
Isabel Perón, pide oficialmente la intervención de las Fuerzas armadas, y éstas toman las riendas, y se desarrolla la historia que todos conocemos.
Ahora, si la Presidente interina, hubiese seguido al mando, y todo hubiese seguido como estaba, la historia pudo cambiar para siempre.
La batalla interna descontrolada entre el peronismo de derecha y el de izquierda, hubiese definitivamente aniquilado a ese partido, posiblemente destruyéndolo para siempre.
De haber seguido Isabelita en el poder, hubiesen sido realmente 30 mil, o más.
Los hijos y nietos de las agrupaciones de los pañuelos blancos, hubiesen muerto o desaparecido también, pero de manos propias.
No se hubiesen recuperado ni hijos, ni nietos, porque compasión, no era característica de los guerrilleros.
Ojo, expropiar bebes y entregarlos a familias ajenas, es una conducta criminal y condenable, pero mal que mal, aún hoy hay esperanza de seguir encontrando alguno.
Pero a su vez, al terminar la masacre, de haber un parque de la memoria, no nos hubiésemos encontrado con los nombres que hay hoy. Seguramente llevaría solamente los nombres de las víctimas inocentes del terrorismo, que hoy no tienen entidad (Sólo los esfuerzos de la ONG CELTYV), ni jamás fueron reconocidas por ningún gobierno, es decir hubiese habido justicia.
Si vemos la historia de esta manera, nos encontraríamos con que el peronismo, debe su subsistencia al golpe de estado del 76, y los que defienden a los militares, por derrotar a la guerrilla, deberían considerar ese período como un fracaso.
La historia pudo ser distinta, y los que hoy detestan o apoyan a ese golpe, debieran mirarlo de maneras opuestas.
Como es costumbre nuestra, nos polarizamos más que nunca. Estuvieron aquellos que apoyaban a los militares, y querían acabar con cada uno de los guerrilleros, y estuvieron los que buscaban la victoria de estos últimos.
Una guerra civil cruenta, teñida de muertes, heridos, desaparecidos, traiciones y entregas, que ni el director más audaz de Hollywood, se hubiese animado a rodar.
El único bando al que no nos unimos, fue al pacificar, mediar, y así terminar con la pérdida de vidas innecesaria, e intentar encausar a un país que se le había ido de las manos a quien lo había gobernado.
Tomar posiciones que nos unan, no es nuestro estilo. Venimos de una historia de Unitarios y Federales; Colorados y Azules; Peronistas y Radicales, Patria o Muerte.
Oportunidades, no nos han faltado, para siempre nos han hecho creer que había sólo 2 opciones, y que debíamos tomar partido por una de ellas.
Y lo hemos pagado con sangre, con vidas, y con decepciones económicas, que nos han llevado de ser un país próspero y de alto nivel educativo, a la pobreza financiera e intelectual.
¿Cómo hemos llegado de ese sentido “El pueblo quiere saber de qué se trata, a ese “al enemigo, ni justicia”?
Y es justamente por ahí donde viene la cosa. Cuando se empieza a forjar nuestra historia, es natural que al haber pocas leyes, y ningún antecedente, cada uno vea las cosas de su forma, y se vayan formando movimientos, como los unitarios y los federales. En ese entonces, había territorio, pero no había país; había gente, pero no pueblo; había buenas intenciones (y no tantas), pero no había consenso.
Una vez medianamente establecidos como país (a pesar del golpe del 30), y con todo a favor para crecer, llegó la década del 40 y ahí la división masiva que desencadenó muchas historias tristes de nuestra nación. A pesar de todos los esfuerzos, la brecha, se hizo cada vez más amplia, hasta finalizar con el tema que nos ocupa hoy, que es el golpe de estado de Marzo de 1976.
Pero siempre me pregunté a mi mismo. ¿Qué hubiese pasado, de no haber existido ese golpe tan sangriento?
Mi afán por responderme lo más fielmente posible, me llevó a una conclusión.
Por donde se lo mire, durante el gobierno de Isabel Perón/ López Rega, los grupos armados ERP y Montoneros, ya operaban y habían cometido crímenes horribles, entre ellos robos a mano armada, secuestros, pero más aterradoramente, habían asesinado a miles y miles de personas, en su mayoría inocentes.
El estado, intentó combatirlos a través de la Triple A, que era tan o más brutal, pero no contaba con el número de gente necesario, para vencer.
Si analizamos el párrafo anterior, estamos hablando de grupos, mayoritariamente, partícipes del mismo partido político, matándose a mansalva entre ellos también.
Isabel Perón, pide oficialmente la intervención de las Fuerzas armadas, y éstas toman las riendas, y se desarrolla la historia que todos conocemos.
Ahora, si la Presidente interina, hubiese seguido al mando, y todo hubiese seguido como estaba, la historia pudo cambiar para siempre.
La batalla interna descontrolada entre el peronismo de derecha y el de izquierda, hubiese definitivamente aniquilado a ese partido, posiblemente destruyéndolo para siempre.
De haber seguido Isabelita en el poder, hubiesen sido realmente 30 mil, o más.
Los hijos y nietos de las agrupaciones de los pañuelos blancos, hubiesen muerto o desaparecido también, pero de manos propias.
No se hubiesen recuperado ni hijos, ni nietos, porque compasión, no era característica de los guerrilleros.
Ojo, expropiar bebes y entregarlos a familias ajenas, es una conducta criminal y condenable, pero mal que mal, aún hoy hay esperanza de seguir encontrando alguno.
Pero a su vez, al terminar la masacre, de haber un parque de la memoria, no nos hubiésemos encontrado con los nombres que hay hoy. Seguramente llevaría solamente los nombres de las víctimas inocentes del terrorismo, que hoy no tienen entidad (Sólo los esfuerzos de la ONG CELTYV), ni jamás fueron reconocidas por ningún gobierno, es decir hubiese habido justicia.
Si vemos la historia de esta manera, nos encontraríamos con que el peronismo, debe su subsistencia al golpe de estado del 76, y los que defienden a los militares, por derrotar a la guerrilla, deberían considerar ese período como un fracaso.
La historia pudo ser distinta, y los que hoy detestan o apoyan a ese golpe, debieran mirarlo de maneras opuestas.