Cuando se reunìan por primera vez, desafiantes y valientes, yo tenìa sòlo 11 años y no tenìa ni idea de lo que hacìan, ni para que.
Al avanzar los años y llegar la democracia, con mis 15 años, ya me conmovìa y me causaban mucha admiraciòn que semana a semana dìa....
..tras dìa, marcharan en la Plaza de Mayo, pidiendo la apariciòn con vida de sushijos, que habìan sido llevados con vida y nunca màs vistos durante los terribles tiempos del proceso de reorganizaciòn nacional entre 1976 y 1983.
La discusiòn, va mucho màs allà de quien comenzò la llamada guerra sucia de los 70. Si fueron los guerrilleros (o revolucionarios como se autodenominaban) o si incluso fue el gobierno “democràtico” de Peròn o si fue màs tarde durante la Presidencia de Isabelita, de la mano de la triple A de Lopez Rega.
Lo importante es que sepamos, que los que secuestran, extorsionan, violan, torturan y matan, son criminales.
No importa que causa o ideologìa persigan, no interesa si son considerado de Derecha, de Centro o de Izquierda. En el lugar que se encuentren en el espectro polìtico, son criminales y deberìan, por lo tanto, ser tratados como tales.
Los de todos los lados guerrilla, Militares, gobierno de turno y sus ministros secuaces.
Los guerrilleros decidieron entre ellos que era lo que el pueblo argentino “necesitaba, y querìa” y sin autoridad o mandato alguno de ese pueblo, cometieron una serie de atrocidades en aparente nombre de toda una naciòn, que claramente no los seguìa, ni los apoyaba.
Fue, justamente el General Juan Domingo Peròn, al que decìan seguir, quien los echò de la Plaza y puso en claro que, en su movimiento, no habìa màs cabida para este tipo de gente.
Era el partido Peronista, con cada parte de su manifiesto, escrito o aprobado por el mismo General. El partido que la mayorìa del pueblo votaba y respaldaba (que a mi eso no me guste, no quita que sea verdad).
Y fue, ese partido y su creador quien los desterrò de sus filas. Entonces, ¿Con què autoridad podìan los guerrilleros (revolucionarios) decir que representaban al pueblo argentino?
El problema es que el Proceso de Reorganizacion Nacional, tambièn creyò, estar allì para “defender al pueblo” y contrarrestaron atrocidades y barbarie, con màs de lo mismo y en muchos casos con màs vehemencia. La lucha, no fue por o para el pueblo, de ninguno de los lados.
Ahora que aclaramos esto, quiero decir, que mi admiraciòn por las Madres de Plaza de Mayo, en su momento, era por su tenacidad y valentìa para pedir y clamar por sus hijos.
Desde el punto de vista familiar y de necesitar uno, a sus seres queridos.
Si las madres que hubiesen marchado por sus hijos y familiares, hubiesen sido, de los otros bandos, mi sentimiento hubiese sido el mismo.
Pero con el tiempo, la lìder y alma de las madres, comenzò a crecer como figura individual, su nombre era conocido en todo el mundo, era agasajada, celebrada y reconocida internacionalmente.
Subìa (acompañada por otras madres), al escenario en conciertos de Amnesty y de U2, viajaba por todos lados en nombre de su causa noble.
Con ese cambio, al haber traspasado fronteras y verse con un nivel de fama tan grande, es que su personalidad cambiò.
Empezamos a ver un caràcter más agresivo, que de repente, habìa pasado de ser “un ama de casa sin opiniones polìticas” (como declarò ella misma) a opinar de todo y todos. De repente, como por milagro, sabìa de polìtica, de todo aquello que siempre dijo no entender y no querer formar parte.
Empezò a “saber” y a “educarnos”, en el bien y el mal, en quienes son buenos y quienes son los demonios del mundo moderno.
Esa ama de casa, resultò saber de Trotsky, Stalìn, Lenìn, Imperialismo, Malvinas y sus veteranos, Hugo Chavez, Peròn, Videla, Nèstor y Cristina, Francia, la historia del Paìs Vasco, la revoluciòn cubana, y no sòlo eso.
Ella tambièn “sabe” cada uno de los argentinos que estuvo con y en contra del Proceso y la dictadura militar. A quien apoyaba cada abogado, cada fiscal, cada juez, cada polìtico, cada secretaria, cada secretario, cada ministro, cada ex ministro, ustedes y yo.
Su “aprendizaje” sobre polìtica, parece desafiar las leyes sobre la capacidad de aprendizaje que tiene el ser humano como especie.
Ahora, no le critico que tenga una postura polìtica definida, eso lo tenemos todos o no, es nuestro derecho.
Lo que no me cierra es su agresividad, sus mentiras, sus difamaciones, su hipocricidad, su lenguaje y el haber usado su causa genuina como trampolin para su propio beneficio.
A todos en la Argentina, nos ha costado mucho y todavìa nos cuesta, decir lo que realmente Hebe de Bonafini, nos ha causado. Una sensaciòn de decepciòn, làstima e indignaciòn por habernos usado a cada uno de los 40 millones de habitantes, para hacerce mimar en el mundo entero.
A pesar de despotricar contra el imperialismo de Estados Unidos, donde creen que tiene su dìnero Hebe (y en dòlares, no pesos), ¿creen que la revolucionaria del pueblo y la opresiòn viaja en clase turista o se aloja en casas de familia cuando va por el mundo? Viaja a todo trapo y se queda en los mejores hoteles.
¿Creen ustedes que ella pone por “la causa” o que “recolecta” por la misma?
Es como cuando aquellos luchadores de lucha libre americana que eran nuestros favoritos, los buenos a los que seguìamos, apoyàbamos y amàbamos de manera incondicional, se “transformaban” y nos traicionaban, conviertièndose en villanos. Les habìamos permitido todo, y en el momento menos pensado nos daban la espalda.
La gran diferencia es que Hebe de Bonafini, no es un personaje de ficciòn, como esos luchadores que seguìan su libreto.
Ella nos dio la espalda y nos decepcionò a todos (menos a esos que la han unido a su causa por razones polìticas) y al que màs le doliò fue a ese hombre de 20 años que era yo en 1988, aplaudìendola mientras desfilaba y bailaba con Sting en la cancha de River.
La discusiòn, va mucho màs allà de quien comenzò la llamada guerra sucia de los 70. Si fueron los guerrilleros (o revolucionarios como se autodenominaban) o si incluso fue el gobierno “democràtico” de Peròn o si fue màs tarde durante la Presidencia de Isabelita, de la mano de la triple A de Lopez Rega.
Lo importante es que sepamos, que los que secuestran, extorsionan, violan, torturan y matan, son criminales.
No importa que causa o ideologìa persigan, no interesa si son considerado de Derecha, de Centro o de Izquierda. En el lugar que se encuentren en el espectro polìtico, son criminales y deberìan, por lo tanto, ser tratados como tales.
Los de todos los lados guerrilla, Militares, gobierno de turno y sus ministros secuaces.
Los guerrilleros decidieron entre ellos que era lo que el pueblo argentino “necesitaba, y querìa” y sin autoridad o mandato alguno de ese pueblo, cometieron una serie de atrocidades en aparente nombre de toda una naciòn, que claramente no los seguìa, ni los apoyaba.
Fue, justamente el General Juan Domingo Peròn, al que decìan seguir, quien los echò de la Plaza y puso en claro que, en su movimiento, no habìa màs cabida para este tipo de gente.
Era el partido Peronista, con cada parte de su manifiesto, escrito o aprobado por el mismo General. El partido que la mayorìa del pueblo votaba y respaldaba (que a mi eso no me guste, no quita que sea verdad).
Y fue, ese partido y su creador quien los desterrò de sus filas. Entonces, ¿Con què autoridad podìan los guerrilleros (revolucionarios) decir que representaban al pueblo argentino?
El problema es que el Proceso de Reorganizacion Nacional, tambièn creyò, estar allì para “defender al pueblo” y contrarrestaron atrocidades y barbarie, con màs de lo mismo y en muchos casos con màs vehemencia. La lucha, no fue por o para el pueblo, de ninguno de los lados.
Ahora que aclaramos esto, quiero decir, que mi admiraciòn por las Madres de Plaza de Mayo, en su momento, era por su tenacidad y valentìa para pedir y clamar por sus hijos.
Desde el punto de vista familiar y de necesitar uno, a sus seres queridos.
Si las madres que hubiesen marchado por sus hijos y familiares, hubiesen sido, de los otros bandos, mi sentimiento hubiese sido el mismo.
Pero con el tiempo, la lìder y alma de las madres, comenzò a crecer como figura individual, su nombre era conocido en todo el mundo, era agasajada, celebrada y reconocida internacionalmente.
Subìa (acompañada por otras madres), al escenario en conciertos de Amnesty y de U2, viajaba por todos lados en nombre de su causa noble.
Con ese cambio, al haber traspasado fronteras y verse con un nivel de fama tan grande, es que su personalidad cambiò.
Empezamos a ver un caràcter más agresivo, que de repente, habìa pasado de ser “un ama de casa sin opiniones polìticas” (como declarò ella misma) a opinar de todo y todos. De repente, como por milagro, sabìa de polìtica, de todo aquello que siempre dijo no entender y no querer formar parte.
Empezò a “saber” y a “educarnos”, en el bien y el mal, en quienes son buenos y quienes son los demonios del mundo moderno.
Esa ama de casa, resultò saber de Trotsky, Stalìn, Lenìn, Imperialismo, Malvinas y sus veteranos, Hugo Chavez, Peròn, Videla, Nèstor y Cristina, Francia, la historia del Paìs Vasco, la revoluciòn cubana, y no sòlo eso.
Ella tambièn “sabe” cada uno de los argentinos que estuvo con y en contra del Proceso y la dictadura militar. A quien apoyaba cada abogado, cada fiscal, cada juez, cada polìtico, cada secretaria, cada secretario, cada ministro, cada ex ministro, ustedes y yo.
Su “aprendizaje” sobre polìtica, parece desafiar las leyes sobre la capacidad de aprendizaje que tiene el ser humano como especie.
Ahora, no le critico que tenga una postura polìtica definida, eso lo tenemos todos o no, es nuestro derecho.
Lo que no me cierra es su agresividad, sus mentiras, sus difamaciones, su hipocricidad, su lenguaje y el haber usado su causa genuina como trampolin para su propio beneficio.
A todos en la Argentina, nos ha costado mucho y todavìa nos cuesta, decir lo que realmente Hebe de Bonafini, nos ha causado. Una sensaciòn de decepciòn, làstima e indignaciòn por habernos usado a cada uno de los 40 millones de habitantes, para hacerce mimar en el mundo entero.
A pesar de despotricar contra el imperialismo de Estados Unidos, donde creen que tiene su dìnero Hebe (y en dòlares, no pesos), ¿creen que la revolucionaria del pueblo y la opresiòn viaja en clase turista o se aloja en casas de familia cuando va por el mundo? Viaja a todo trapo y se queda en los mejores hoteles.
¿Creen ustedes que ella pone por “la causa” o que “recolecta” por la misma?
Es como cuando aquellos luchadores de lucha libre americana que eran nuestros favoritos, los buenos a los que seguìamos, apoyàbamos y amàbamos de manera incondicional, se “transformaban” y nos traicionaban, conviertièndose en villanos. Les habìamos permitido todo, y en el momento menos pensado nos daban la espalda.
La gran diferencia es que Hebe de Bonafini, no es un personaje de ficciòn, como esos luchadores que seguìan su libreto.
Ella nos dio la espalda y nos decepcionò a todos (menos a esos que la han unido a su causa por razones polìticas) y al que màs le doliò fue a ese hombre de 20 años que era yo en 1988, aplaudìendola mientras desfilaba y bailaba con Sting en la cancha de River.