Mucho estamos escuchando hablar de “lo que heredó el gobierno”, de cuentas offshore, de allanamientos a empresas de Cristóbal, de C5N y sus opiniones, de Lanata y los suyos, de quien fue o irá preso, de los buitres, etc…
Lo único que tenemos que saber es que ....
Lo único que tenemos que saber es que ....
... todos estos asuntos están relacionados entre sí, y parten de una percepción (muy real en realidad) que a través de los años le hemos brindado al resto del mundo acerca de nuestro país.
No es una cuestión de echar culpas, pero todo parece ser un círculo vicioso del que no podemos o queremos salir.
¿Por qué escribo esto? Porque si miramos a los últimos tres o cuatro gobiernos, lo que ve el resto del planeta es lo siguiente: corralitos; atentados antisemitas en dos ocasiones; había tantas reservas en el BCRA que pagamos la deuda del FMI toda junta en efectivo y sin que haga falta, y hoy no hay reservas casi; no le pagamos a los buitres (ni quisimos acordar con ellos); acordamos con el club de Paris por sumas mucho mayores a lo que debiéramos; somos amigos de occidente con un gobierno, y sin que haya sucedido nada cambiamos y tratamos a occidente de imperialista y nos aliamos con China, Rusia, Venezuela, Irán y Cuba, cosecha record de Soja pero campo en crisis.
Este tipo de cambios de línea, de gobierno en gobierno tan extremas, hacen que nos vean como un país inestable e inmaduro.
Las consecuencias son graves. Porque implica que nadie que tenga dos dedos de frente y un poco de plata (o mucha) va a querer invertir en nuestro país. Pero no solo se niegan y negaron a invertir, también decidieron y deciden, no comprarnos ni vendernos nada.
Imagínense si ustedes, teniendo su propia empresa, mirasen hacia la Argentina y analizaran: cosecha record de soja, precios altos, ventas grandes, pero la industria del campo está peor que nunca. Como dueños de una empresa queriendo invertir aquí, ustedes dirían “¿si no se pueden manejar ni ellos solos, para que vamos a poner nuestros dólares (u otra denominación) ahí?”
¿Para qué poner mi dinero en un país que pagó toda su deuda con el FMI porque, aparentemente debían sobrarle reservas, pero hoy las arcas están vacías?
Y nosotros, desde adentro, a veces tenemos otras percepciones. Y esas percepciones de realidades distintas, son las que nos dividieron y dividen como pueblo.
Que los gobiernos hayan cambiado sus políticas tan radicalmente de uno a otro, es una expresión de como hemos votado.
El gobierno Kirchnerista, creó la sensación de estar bien a mucha gente que en realidad no lo estaba. ¿Cómo fue eso?
A través de subsidios, que antes no existían o eran mucho menores. De esta forma, la gente recibía dinero o descuentos o cuotas para pagar por elementos de la vida cotidiana que nos son necesarios (luz, gas, transporte, hijos, etc.). El país venía de un corralito, donde mucha gente perdió mucho o todo lo que tenían, y estos subsidios, le permitieron creer a muchos que se podía vivir bien, que les alcanzaba.
Lo único malo, es que era todo ficción. El dinero para esos subsidios de algún lado tenía que salir. Y al aplicar subsidios tan grandes, los precios que nosotros, los consumidores, pagábamos, no eran los reales. Ese no era el precio de la electricidad, el gas, el transporte, etc. Esto, a su vez, explica hoy lo que han llamado “tarifazos de Macri”. Que en realidad no fueron tales. Al país no tener reservas, y el gobierno querer estabilizar la economía, tomaron la ruta de cortar subsidios, por lo que, en realidad, ahora pagamos el precio verdadero de las cosas.
Al darse cuenta el gobierno anterior que las reservas se iban y no se reabastecían, intentaron “reactivar la industria nacional” o así dijeron.
Para consumo interno, estaba bien, pero para poder exportar y fortalecer nuestra industria, volvemos a la inestabilidad con la que nos veían desde el exterior.
Muchas compañías argentinas que quisieron ganarse confianza de algún inversor o comprador extranjero, decidieron abrir empresas offshore. Esto, no es un delito, de por sí mismo.
La idea de abrir una compañía offshore, es que, al tener sede en otro país, la inversión o la compra/transacción no se hace en la Argentina, sino en el exterior.
Para algunas empresas, ese era el único método que tenían para seguir existiendo.
Mientras esa sociedad offshore opere y todos sus accionistas (los que se benefician o ganan dinero de ella) aparezca en la declaración jurada de ellos individualmente, nadie estaría violando la ley, ni evadiendo impuestos. Si yo soy director, pero sin acciones o sin sueldo o sin posibilidades de alguna vez ganar dinero de esta empresa, no debo declararlo (puedo, pero no debo), ya que no agrega, ni quita nada a mi patrimonio.
Para abrir sociedades offshore, se necesita como mínimo un director, un secretario y un contador. De ninguna manera, quiere decir que abriendo una empresa de esta forma, esta vaya a operar o que haga movimientos. Es decir, es algo que yo tengo, puedo o no puedo usarlo. Hay muchísimas de estas empresas que se han creado (no sólo por argentinos), que no han operado nunca.
Esto no implica que todas las empresas offshore sean legales. Muchas, sí se han formado para evadir impuestos (en paraísos fiscales los impuestos son mucho menores o no existentes), en otros casos, para lavar dinero (aprovechando que algunos lugares, garantizan el total secreto de quienes son accionistas) y hasta para esconder bienes de maridos o mujeres, en caso de divorcios, entre otras cosas.
Explicado esto, yo estoy totalmente a favor de la transparencia al 100%.
Pero me da pena, y bronca a la vez, que celebremos cuando alguien de otra ideología política cae preso, burlándonos de sus seguidores.
Esos seguidores, son también argentinos a los que les afecta que sus líderes políticos les hayan robado y mentido.
Ante la corrupción de cualquier político, dirigente, funcionario, sindicalista o lo que sea, el pueblo debe estar unido, y a la expectativa de que se decida en la justicia que fue lo que realmente sucedió.
Cuando gobiernos son corruptos, nos afecta a todos los ciudadanos de todas las ideologías políticas porque somos todos argentinos.
Es clarísimo que para salir airosos de sus situaciones judiciales, estos individuos (sean de la tendencia política que fuesen), necesitan dividirnos, y hacer eso, es caer en sus trampas, es dejarnos engañar, y atacarnos entre nosotros, dándoles una plataforma más para medir su poder.
Macri está imputado, que vaya a la justicia y responda lo que debe responder y se verá si lo suyo fue legal o no.
Si Cristina es imputada, lo mismo debe suceder. Y así con todos los que sea necesario.
El denominador común debe ser siempre la unidad del pueblo contra la corrupción. El mensaje debe ser siempre, que no importa como te llamés, o a que partido representés, TODOS te vamos a juzgar por tu corrupción.
Si hay que discutir sobre opciones económicas, de educación y demás, debatamos y crezcamos pensando diferente. Pero ante la criminalidad, debe haber una línea clara y definida, de la que no debemos apartarnos como pueblo y es la tolerancia cero.
Si los canales de televisión representan y defienden a una ideología u otra, aceptémoslo.
Como hay un C5N, hay también un Canal 13 (salvando las diferencias). Pero nunca nos olvidemos los periodistas, que también somos parte del pueblo argentino, y que en esa tolerancia cero a la corrupción, no está bien hacer partidismo. Mínimo requerido es neutralidad, hasta que la justicia actúe y decida.
Que Navarro o Del Moro, defiendan la política económica del kirchnerismo y Lanata y Majul la critiquen es parte de la democracia.
Pero ante la corrupción debemos mostrarnos unidos y decididos.
Los políticos vienen y van, ustedes y yo, venimos y vamos, Pero siempre habrá pueblo y gobernantes y es tiempo de que cumplamos nuestra función de pueblo y que los que votamos para gobernarnos, sepan adonde está el límite.
No es una cuestión de echar culpas, pero todo parece ser un círculo vicioso del que no podemos o queremos salir.
¿Por qué escribo esto? Porque si miramos a los últimos tres o cuatro gobiernos, lo que ve el resto del planeta es lo siguiente: corralitos; atentados antisemitas en dos ocasiones; había tantas reservas en el BCRA que pagamos la deuda del FMI toda junta en efectivo y sin que haga falta, y hoy no hay reservas casi; no le pagamos a los buitres (ni quisimos acordar con ellos); acordamos con el club de Paris por sumas mucho mayores a lo que debiéramos; somos amigos de occidente con un gobierno, y sin que haya sucedido nada cambiamos y tratamos a occidente de imperialista y nos aliamos con China, Rusia, Venezuela, Irán y Cuba, cosecha record de Soja pero campo en crisis.
Este tipo de cambios de línea, de gobierno en gobierno tan extremas, hacen que nos vean como un país inestable e inmaduro.
Las consecuencias son graves. Porque implica que nadie que tenga dos dedos de frente y un poco de plata (o mucha) va a querer invertir en nuestro país. Pero no solo se niegan y negaron a invertir, también decidieron y deciden, no comprarnos ni vendernos nada.
Imagínense si ustedes, teniendo su propia empresa, mirasen hacia la Argentina y analizaran: cosecha record de soja, precios altos, ventas grandes, pero la industria del campo está peor que nunca. Como dueños de una empresa queriendo invertir aquí, ustedes dirían “¿si no se pueden manejar ni ellos solos, para que vamos a poner nuestros dólares (u otra denominación) ahí?”
¿Para qué poner mi dinero en un país que pagó toda su deuda con el FMI porque, aparentemente debían sobrarle reservas, pero hoy las arcas están vacías?
Y nosotros, desde adentro, a veces tenemos otras percepciones. Y esas percepciones de realidades distintas, son las que nos dividieron y dividen como pueblo.
Que los gobiernos hayan cambiado sus políticas tan radicalmente de uno a otro, es una expresión de como hemos votado.
El gobierno Kirchnerista, creó la sensación de estar bien a mucha gente que en realidad no lo estaba. ¿Cómo fue eso?
A través de subsidios, que antes no existían o eran mucho menores. De esta forma, la gente recibía dinero o descuentos o cuotas para pagar por elementos de la vida cotidiana que nos son necesarios (luz, gas, transporte, hijos, etc.). El país venía de un corralito, donde mucha gente perdió mucho o todo lo que tenían, y estos subsidios, le permitieron creer a muchos que se podía vivir bien, que les alcanzaba.
Lo único malo, es que era todo ficción. El dinero para esos subsidios de algún lado tenía que salir. Y al aplicar subsidios tan grandes, los precios que nosotros, los consumidores, pagábamos, no eran los reales. Ese no era el precio de la electricidad, el gas, el transporte, etc. Esto, a su vez, explica hoy lo que han llamado “tarifazos de Macri”. Que en realidad no fueron tales. Al país no tener reservas, y el gobierno querer estabilizar la economía, tomaron la ruta de cortar subsidios, por lo que, en realidad, ahora pagamos el precio verdadero de las cosas.
Al darse cuenta el gobierno anterior que las reservas se iban y no se reabastecían, intentaron “reactivar la industria nacional” o así dijeron.
Para consumo interno, estaba bien, pero para poder exportar y fortalecer nuestra industria, volvemos a la inestabilidad con la que nos veían desde el exterior.
Muchas compañías argentinas que quisieron ganarse confianza de algún inversor o comprador extranjero, decidieron abrir empresas offshore. Esto, no es un delito, de por sí mismo.
La idea de abrir una compañía offshore, es que, al tener sede en otro país, la inversión o la compra/transacción no se hace en la Argentina, sino en el exterior.
Para algunas empresas, ese era el único método que tenían para seguir existiendo.
Mientras esa sociedad offshore opere y todos sus accionistas (los que se benefician o ganan dinero de ella) aparezca en la declaración jurada de ellos individualmente, nadie estaría violando la ley, ni evadiendo impuestos. Si yo soy director, pero sin acciones o sin sueldo o sin posibilidades de alguna vez ganar dinero de esta empresa, no debo declararlo (puedo, pero no debo), ya que no agrega, ni quita nada a mi patrimonio.
Para abrir sociedades offshore, se necesita como mínimo un director, un secretario y un contador. De ninguna manera, quiere decir que abriendo una empresa de esta forma, esta vaya a operar o que haga movimientos. Es decir, es algo que yo tengo, puedo o no puedo usarlo. Hay muchísimas de estas empresas que se han creado (no sólo por argentinos), que no han operado nunca.
Esto no implica que todas las empresas offshore sean legales. Muchas, sí se han formado para evadir impuestos (en paraísos fiscales los impuestos son mucho menores o no existentes), en otros casos, para lavar dinero (aprovechando que algunos lugares, garantizan el total secreto de quienes son accionistas) y hasta para esconder bienes de maridos o mujeres, en caso de divorcios, entre otras cosas.
Explicado esto, yo estoy totalmente a favor de la transparencia al 100%.
Pero me da pena, y bronca a la vez, que celebremos cuando alguien de otra ideología política cae preso, burlándonos de sus seguidores.
Esos seguidores, son también argentinos a los que les afecta que sus líderes políticos les hayan robado y mentido.
Ante la corrupción de cualquier político, dirigente, funcionario, sindicalista o lo que sea, el pueblo debe estar unido, y a la expectativa de que se decida en la justicia que fue lo que realmente sucedió.
Cuando gobiernos son corruptos, nos afecta a todos los ciudadanos de todas las ideologías políticas porque somos todos argentinos.
Es clarísimo que para salir airosos de sus situaciones judiciales, estos individuos (sean de la tendencia política que fuesen), necesitan dividirnos, y hacer eso, es caer en sus trampas, es dejarnos engañar, y atacarnos entre nosotros, dándoles una plataforma más para medir su poder.
Macri está imputado, que vaya a la justicia y responda lo que debe responder y se verá si lo suyo fue legal o no.
Si Cristina es imputada, lo mismo debe suceder. Y así con todos los que sea necesario.
El denominador común debe ser siempre la unidad del pueblo contra la corrupción. El mensaje debe ser siempre, que no importa como te llamés, o a que partido representés, TODOS te vamos a juzgar por tu corrupción.
Si hay que discutir sobre opciones económicas, de educación y demás, debatamos y crezcamos pensando diferente. Pero ante la criminalidad, debe haber una línea clara y definida, de la que no debemos apartarnos como pueblo y es la tolerancia cero.
Si los canales de televisión representan y defienden a una ideología u otra, aceptémoslo.
Como hay un C5N, hay también un Canal 13 (salvando las diferencias). Pero nunca nos olvidemos los periodistas, que también somos parte del pueblo argentino, y que en esa tolerancia cero a la corrupción, no está bien hacer partidismo. Mínimo requerido es neutralidad, hasta que la justicia actúe y decida.
Que Navarro o Del Moro, defiendan la política económica del kirchnerismo y Lanata y Majul la critiquen es parte de la democracia.
Pero ante la corrupción debemos mostrarnos unidos y decididos.
Los políticos vienen y van, ustedes y yo, venimos y vamos, Pero siempre habrá pueblo y gobernantes y es tiempo de que cumplamos nuestra función de pueblo y que los que votamos para gobernarnos, sepan adonde está el límite.